(Agencia NOVA) Hace más de un mes, comenzaron las obras sobre la calzada de la calle Gutenberg que corre paralela a las vías del ferrocarril Gral. Urquiza en su cruce con Llavallol en el barrio porteño de Villa Devoto. Ningún cartel, ninguna señalización indica quiénes serían los responsables de lo que pareciera ser la construcción de una plataforma de acceso a la estación Libertador de ese ferrocarril.
El hecho despertó sorpresa y reclamos de los vecinos, pero no hubo respuesta oficial del Gobierno de la Ciudad que encabeza Mauricio Macri. De hecho, hay una ocupación del espacio público por parte de Metrovías, sin que se conozca hasta hoy, con qué instrumento legal se autorizó esa explotación.
También se desconoce el destino que una importante cantidad de adoquines levantados de la calzada por la constructora, estimándose que fueron sustraídos con el fin de ser comercializarlos en el mercado negro. Son muchas las empresas que a menudo extraen el adoquinado, que forma parte del patrimonio de la ciudad, para destinarlo a esos fines.
El emplazamiento redujo una parte de la calzada de Gutenberg, obstaculizando sensiblemente la visión del tránsito que circula por allí y que precisamente cambia de sentido al llegar a Llavallol. Ningún operario de los afectados a la obra en cuestión quiso decir si eran obreros de Metrovías o de alguna contratista y ninguno de ellos cumple con las normas de seguridad laboral, lo que puede advertirse solamente observando su indumentaria de trabajo.
Irregularidades como la toma de electricidad mediante la extensión de cables desde una columna de alumbrado de la estación férrea hasta la zona de obras. ya en jurisdicción de la Ciudad de Buenos Aires, la acumulación de maderas, hierros y otros elementos sobre una de las cabeceras del andén, sin señalamiento alguno, expresan claramente cuál es el valor vida que la concesionaria le otorga a sus pasajeros y el valor “$ilencio” que facilita dicho comportamiento.
“No quiero ser sorprendido por la política de hechos consumados”, expresó un vecino en su denuncia a Mauricio Macri y en la que finaliza exhortándolo a “su pronta intervención para suspender las obras, y hacer conocer cómo y quiénes negociaron el uso del espacio público a favor de Metrovías ignorando la consulta con los vecinos por los cambios de todo orden que traerán aparejadas dichas reformas”.
El asunto parece retrotraer las denuncias por negociados, que la ex diputada Laura Moresi hiciera en la Legislatura porteña con motivo de la adjudicación de los cruces bajo nivel, uno de ellos precisamente sobre avenida San Martín, en el trazado ferroviario del Urquiza a la empresa Lecsa que pertenece o perteneció al padre de Mauricio, o sea, Franco Macri.
